El principal problema de la piel es la deshidratación. El equilibrio hídrico de nuestro organismo se mantiene gracias a la película hidrolipídica (de agua y grasa) que actúa como una barrera que frena su evaporación. Para que este equilibrio se mantenga es necesario que la humedad sea restituida en la misma proporción con que se ha eliminado.
La aplicación de los productos denominados hidratantes consigue apoyar esta película contribuyendo a que mantenga sus reservas de agua. Esto es posible gracias a que los productos hidratantes favorecen la actividad enzimática encargada de distribuir y conservar el agua en el interior y exterior de las células. El resultado es un alivio inmediato de la piel, incluso las más secas, siempre y cuando el producto contenga los activos especiales para ello.
No obstante el problema no se soluciona únicamente con la aplicación de una hidratante facial y otra corporal, tienes que preparar perfectamente tu piel dándole algún apoyo más que la simple hidratación.
Rostro cuidado
Es importante aplicar, cada mañana y cada noche, una crema pero también lo és prepararla para que los principios activos que éstos contienen actúen perfectamente. Para ello se debe seguir una serie de cuidados:
Peeling suave: son necesarios en una época en que se aplican más productos en la piel y en que el rostro está más expuesto a rozamientos de la ropa, un factor de descamación. Se pueden utilizar una o dos veces por semana, aunque deben evitarse en pieles irritadas por resfriado. Después de su utilización se tiene que recurrir a una mascarilla o una hidratante rica.
Mascarillas hidratantes y nutritivas: aplicables de una a tres veces por semana, según el estado del cutis, e incluso a diario si se tienen muchas molestias en la piel.
Sueros: son productos con principios activos concentrados que se tienen que utilizar con la piel limpia y tonificada, antes que la hidratante. Igual que cuando nos vestimos, superponemos diferentes capas de ropa, también debemos superponer diversos cosméticos específicos como contorno de ojos, suero e hidratante.
Cremas hidratantes: son imprescindibles en invierno, época en la que se tienen que escoger texturas algo más ricas que en verano. En ocasiones el frío o el viento hacen que tu piel, que ya hidrataste por la mañana, esté seca y tirante y necesite de un plus de hidratación a media tarde. Para esas ocasiones puedes llevar en el bolso una hidratante de bolsillo.
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