Dos sencillos y muy efectivos trucos que teniendo en cuenta lo asequibles que son los productos que empleamos (miel y limón), pueden ayudarnos muchísimo en el cuidado de nuestra piel facial.
PARA PIELES GRASAS:
- Aplica sobre tu rostro un algodón empapado en jugo de limón, un par de veces a la semana. Aclara con abundante agua tibia, y usa crema hidratante después.
PARA PIELES SECAS:
- Usaremos miel, ya que el limón seca demasiado. Unta una capa de miel semi-líquida en tu rostro, a modo de mascarilla. Aclara y ya verás.
Precaución no obstante al salir a la calle a plena luz del día. Tan solo es necesario que nuestra piel este bien limpia de estos productos ya que son fotosensibles. En otras palabras, el efecto de la radiación solar puede ocasionar manchas en nuestra piel. Pero insisto, vale conque nuestra piel quede limpia de ellos tras la aplicación y no habrá ningún problema, salvo que padezcas alguna alergia a sus principios activos; lo cual sería mala suerte, por que son muy efectivos y gratificantes.
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